LIBERTAD CONVENIENTE

Tomás Moro decía, “El que no puede corregir la conductade los ciudadanos sino suprimiéndoles las comodidades de la vida, debe confesar que no sabe gobernar a hombres libres”.

Es decir, ¿qué es más importante: la necesidad de un entorno controlado o la estrechez de convivir en un mismo espacio con plena libertad?

Se dice que los derechos adquieren fuerza de ley por están plasmados en las Constituciones y que su formulación jurídica les permite tener existencia real. ¿Pero si éstas libertades son la fuente del derecho, no están admitidos por sí mismos?

Son éstas y otras preguntas las que han dado paso a un fragoroso debate entre la libertad,
el autoritarismo y los derechos fundamentales.

De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, la libertad es la facultad natural
que tiene el hombre de obrar de una manera u otra o de no obrar, lo que lo hace responsable de sus actos.

Es decir todos los individuos tienen la libertad singular de actuar de acuerdo al dictado de su razón, valores, verdad o deseos.

En la libertad colectiva, ésta facultad se ve condicionada por las estructuras sociales que mantienen la existencia de normas, leyes y pautas de convivencia. Sin embargo el autoritarismo se constituye en el régimen que avasalla éstas libertades al impedir la toma de decisiones.

El autoritarismo, está ligado a tres contextos; el primero de ellos hace referencia a la estructura de los sistemas políticos, el segundo a la connotación con el poder y el tercero a un conjunto de ideologías políticas.

Estas tres definiciones niegan el principio general de que todas las personas nacen libres. Sin embargo, para hablar de autoritarismo en necesario tomar en cuenta el ambiente o contexto social, así como los grupos de influencia o cultura prevalentes en una sociedad en un momento determinado.

De aquí que hablar de Derechos Humanos se ha convertido en un tema de constante debate, ya que no sólo influye en un régimen de gobierno sino en los aspectos que ese régimen de gobierno usa o deshecha.

Por ello, se dice que el respeto de los Derechos Humanos sólo puede hacerse en una democracia.

Los derechos fundamentales forman parte de la interacción social y han dado lugar a
la creación de agrupaciones nacionales e internacionales. Pero tal vez el fundamento principal de la libertad sea la idea misma y sólo podamos entenderla por aquello que no es, o bien enlazar la idea de libertad al mero hecho del ser.

Si bien los derechos fundamentales por ser inherentes a la esencia humana, son necesarios
para el desarrollo de la persona. También es cierto que son regidos por instrumentos jurídicos que les asignan un alcance superior.

Demarcar la libertad individual y la colectiva es y será un tema representativo por muchos
años. Hablar de sociedades y gobiernos representa articular en un mismo tema derechos humanos, libertad y por el contrario autoritarismo.

Establecer marcos jurídicos claros que no sobrepasen la autonomía, pero que no permitan el surgimiento de galimatías es un reto procedente.

El empeño mas aparente o real en los distintos países que integran a la comunidad internacional apuesta por los derechos humanos, será el tiempo y la acción mas o menos contestataria y organizada de la sociedad la que sea responsable del logro de la vigencia y respeto a este juicio de valor.

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